Hoy se
celebra en Rusia el “Día del defensor de la patria”, pero en realidad, la solemnidad del nombre
pierde fuerza frente a la realidad, ya que en la práctica, es “El día del
hombre”.
En los
tiempos de la Unión Soviética, se llamaba “Día del Ejército Rojo”, pero hace
casi 20 años lo rebautizaron, una de las tantas adaptaciones que tuvo que
hacer este país tras la caída de la URSS.
La celebración
está considerada como la versión masculina del 8 de marzo (Día internacional
de la mujer).
En un país
donde la mujer es halagada constantemente, y donde lo normal es que el hombre
se haga cargo de todos los gastos en cada salida, el hecho de que hoy los roles
se inviertan, convierte al 23 de febrero en un día bastante curioso.
Los nuevos rusos
no son pocos, y para ellos hay algunas ofertas bizarras para celebrar su día, por ejemplo un vuelo de tres horas a la estratósfera en un caza a
reacción Mig-29, a velocidad ultrasónica y con acrobacias del piloto incluidas:
precio: 20.000 dólares; un paseo de cuatro horas en un tanque de guerra,
atravesando bosques y disparando artillería del tanque: 2.500 dólares.
Un vuelo de tres horas a la estratósfera, a 22 km de altura, en un Mig-29, por 20.000 dólares.
En 1922, se declaró el 23 de febrero "Día del defensor de la patria".
El rol de
la mujer
Rusia es un país donde la mujer sigue ocupando
un lugar irrelevante en la escala social. Con el riesgo de cometer la
injusticia que implica toda generalización, no es descabellado afirmar que en la
vida cotidiana, en Rusia los hombres hablan de negocios mientras las mujeres
hablan de amor y sueñan con una boda espectacular. Una chica de más de 25, soltera, muchas veces
es vista como alguien a quien se le pasó el arroz, y la edad se reduce mucho
más en ciudades pequeñas y pueblos.
Después de
haber visto, por ejemplo, el movimiento emancipador de las mujeres alemanas, tan
obstinadas (a veces rozando el ridículo) en la lucha por la igualdad de sexos
hasta el extremo de ofenderse por un acto de cortesía como el de abrir una puerta
para que la dama pase primero, Rusia es un viaje al pasado en ese aspecto. En
este país, la mujer sigue esperando esos gestos de caballerosidad, ya sea que su
pareja le abra la puerta del taxi antes de bajar o acuda a la cita con un ramo
de flores (pero cuidado, siempre un
número impar, los rusos son muy supersticiosos y los números pares sólo son para
funerales). Los hombres parecen regodearse
en ese rol de complacer a su media naranja.
Ser mujer
en la Rusia moderna es bastante duro. Por eso se ha formado el “Partido para
las mujeres rusas”, que comenzó como un movimiento de lucha para recuperar los
beneficios perdidos por las mujeres tras la caída de la URSS. En los años de la
Unión Soviética, el 92 por ciento de las mujeres tenía trabajo (la mayoría
media jornada), la licencia por maternidad era de casi cuatro meses con el 100
por ciento del sueldo, más un año de licencia sin goce de sueldo.
Hoy en día,
esos beneficios se han reducido notablemente, los hombres ganan más, a veces
mucho más, entre un 35 y un 40 por ciento, las mujeres suelen ser las primeras
despedidas en caso de reducción de personal, sigue habiendo muchos casos de
despidos por embarazo (aunque la ley lo
prohíba), y un tercio de las mujeres rusas mayores de 45 años dice que vivirían
mucho mejor si hubieran nacido hombre. En la Duma, el parlamento ruso, en la
Cámara Baja las mujeres ocupan el 13 por ciento de las bancas (un porcentaje bajo
comparado con Argentina (37 %), pero aceptable, por ejemplo, frente a Brasil
(8%).
Las buenas
migas entre el gobierno de Putin y la Iglesia Ortodoxa tampoco favorecen la
posición de la mujer, el clérigo desacredita las ideas de igualdad de género y
pugna por un “renacimiento espiritual de Rusia”. O sea, la mujer en casa y
criando a los hijos, y el hombre trabajando...Y obviamente, ¡los domingos a misa! Un proyecto más que ambicioso por parte de la Iglesia, considerando que hasta hace algo más de dos décadas, en el colegio se enseñaba una materia llamada "Ateísmo".