jueves, 9 de agosto de 2012

Primeras impresiones de Moscú

Hace cuatro días que estoy en Moscú.
No voy a revelar ningún secreto si digo que el subte moscovita es impresionante. Por poco menos de un dólar, se puede cruzar la ciudad a toda velocidad, el servicio empieza a las 5 y corta a la una de la mañana. Los subtes pasan uno por minuto durante gran parte del día.
Hay estaciones que por su belleza arquitectónica, se convierten en un paseo turístico. Un dato que permite tener una idea del tamaño de la red es que en algunas salidas, las escaleras mecánicas tienen 130 metros.

También me llamó la atención la fluidez del tráfico en la ciudad, hay muy pocos semáforos y gran cantidad de pasajes subterráneos para peatones (acá no hay escaleras mecánicas), cruzar por arriba aprovechando algún momento de tráfico menos intenso es imposible, sólo para suicidas. La idea parece buena, aunque no creo que sea del agrado de los viejos y paralíticos. "Una ciudad para espartanos", diría una amiga rusa. Puede ser, quizás Moscú sea una metrópoli con reglas urbanas pensadas por tipos que sobrevivieron a la guerra y a inviernos siberianos sin ropa ni comida.

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