lunes, 13 de mayo de 2013

Armenia, tierra de monasterios y buena gente


¡Nalbandian! , me dijo el taxista que me llevó al centro de Ereván desde el aeropuerto. Por primera vez escuché a alguien nombrar a un tenista antes que a Maradona o Messi tras decir mi nacionalidad.  Aparte de ser un típico apellido armenio, se nota que fue una familia importante, porque una de las principales avenidas de la capital se llama Nalbandyan.






El taxista se alegró cuando le dije que en Argentina la comunidad armenia tiene su equipo de fútbol, pero cuando le aclaré que el Deportivo Armenio juega en la tercera categoría se desilusionó un poco. A mí me quedó el recuerdo de un gran equipo a fines de los 80, de ascensos maratónicos hasta llegar a Primera, incluso recuerdo que el último partido de Gatti en Boca fue contra Armenio. La memoria boquense lo registra porque en aquel partido Gatti, que ya tenía 43 o 44 años, hizo una de las suyas, calculó mal, se la llevó Maciel y Boca perdió 1 a 0. Después, Pastoriza lo colgó. Nacía la era del Mono Navarro Montoya.

Hablando de fútbol, en el hostel de Ereván conocí a un mochilero inglés fanático de Messi, había estado en el Líbano, donde le regalaron un mate y una bombilla, y me preguntó cómo se usaba. Nuestra infusión sigue conquistando el mundo.

Pocos compatriotas en esta parte del globo, el dueño del hostel me dijo que yo era el tercer argentino en tres años, los dos anteriores habían ido a dar clases de tango.

Interesante Armenia, idioma indescifrable, casi todos hablan ruso, pero inglés poco y nada.
Gente muy amable cuya hospitalidad rompe la barrera idiomática, amantes del ajedrez y del backgammon, buena comida, el mejor cognac del mundo, muy seguro en todas partes y a cualquier hora, precios muy accesibles, paisajes espectaculares, entre ellos el monte Ararat, donde se supone que se posó el Arca de Noé.


Armenios jugando al backgammon.


Cognac armenio.


Salvo que uno sea fanático de los monasterios, esparcidos por todo el país (algunos espectaculares), una semana es más que suficiente para llevarse una impresión de Amenia.
Ereván, con una interesante movida artística -especialmente galerías de arte- es una capital relativamente chica, con algo más de un millón de habitantes, casi un tercio del total del país. Pero según algunos historiadores, es la ciudad más antigua del mundo. El folleto informativo en inglés que regalan en el aeropuerto (plagado de errores ortográficos) , dice que Ereván es 29 años más antigua que Roma, un dato que no es moco de pavo.


Monasterio de Geghard, a 40 km de Ereván.

Es impresionante que la diáspora armenia (8 millones) casi triplique a la población del país. Muchos de estos armenios, que en distintas épocas tuvieron que abandonar su tierra, tratan de regresar e invertir en una economía en auge pero donde la mayoría de la gente gana 200 dólares por mes. El dinero proveniente de la diáspora prácticamente se ha convertido en el motor de la economía.

Genocidio armenio

Del genocidio armenio llevado a cabo por los turcos se habla poco (aunque cada vez más, porque en 2015 se cumplirán 100 años). Hay un museo, algunos monumentos y mucho dolor y resignación frente a la negativa de los turcos a reconocer la barbarie y pedir perdón. En cambio, sí se habla mucho de los problemas con Azerbaiyán, por la disputa de Nagorno-Karabaj (nombre que jamás había oído), una región enclavada en Azerbaiyán pero con mayoría de armenios. El conflicto lleva décadas, pero se acentuó cuando cayó la URSS. Entre 1991 y 1994  hubo una guerra que dejó 30.000 muertos, atrocidades y limpieza étnica por parte de los dos bandos. Finalmente, ganaron los armenios, que expulsaron a la minoría de azerbaiyanos, pero el enclave no puede ser conectado por tierra con Armenia y siguen las negociaciones, y los tiros, frecuentes en la frontera.  

jueves, 2 de mayo de 2013

Cafeterías donde se paga por minuto en Rusia


 Hace un tiempo me ofrecieron un trabajo en San Petersburgo, que consistía en ir de vez en cuando a un café céntrico, elegante, donde se suelen hacer exhibiciones o charlas literarias. La idea era presentarme como hablante nativo de español, anunciar mi presencia como si se tratara de un evento, una cosa tipo “Practicá tu español con Mauro V." y seguían un par de frases donde se elogiaban mi experiencia como profesor de español, mi visión del mundo por los viajes realizados, etc. Me iban a pagar un monto que dependía de la cantidad de gente que se acercara al “evento”. Después fue difícil concretarlo por la incompatibilidad de horarios, y me olvidé del tema. Pero hoy, leyendo un artículo en un diario ruso, me vino a la memoria esa historia, porque recordé que la chica que me había propuesto el trabajo me dijo que era un lugar donde las consumiciones eran gratuitas y la gente pagaba ¡por minuto! El dato me sorprendió y hasta pensé que entendí mal, y cuando me dijo lo que cobraban, supuse que había alguna trampa, o que me estaban dando una parte de la información y faltaba algo que le diera la viabilidad comercial a la idea. Mi primer pensamiento fue: no puede ser, porque todos irían a tomar y comer algo rápidamente por un monto que no alcanzaría ni para cubrir los costos. 



Viajando, a veces escuchamos historias curiosas, insólitas, pero yo muchas veces las deshecho después de haberlas oído porque entre la barrera idiomática y la cantidad de locos que andan por el mundo contando mentiras, o exagerando verdades para que se conviertan en historias relevantes, muchas veces siento que si repitiera la historia estaría contando muy probablemente una patraña, o en el mejor de los casos, una verdad a medias.
Resultó ser que el sistema del café donde se paga por minuto era tal cual me lo habían descrito, y ahora parece ser que esos lugares se están poniendo de moda en las ciudades grandes de Rusia e incluso en Ucrania.

Entrar a uno de estos lugares cuesta entre uno y dos rublos por minuto, depende de la ciudad. En Moscú ya hay una cadena, se llama Циферблат (palabra de origen alemán –Zifferblatt- que significa la esfera del reloj), el minuto cuesta dos rublos (unos cuatro dólares la hora) , y después de la primera hora, el precio se reduce a la mitad. La página de internet (sólo en ruso) es http://ziferblat.net

Cafés para relajarse, pasar un buen rato y cero estrés.

Los cafés tienen asientos cómodos, wifi, no venden alcohol y está prohibido fumar.  Esto último, es un hecho casi milagroso en Rusia, país hostil para no fumadores como pocos en el mundo.

En estos locales, también llamados “anticafés”, hay juegos de mesa como ajedrez y backgammon, y uno se puede servir todas las veces que desee café, té, galletitas, tortas, etc. También, si uno quiere, puede llevarse la propia comida, esto permite que la gente se reúna para celebrar cumpleaños y eventos de ese tipo. En los últimos meses han aparecido cafés con el mismo estilo pero donde ofrecen videojuegos y karaoke.



Obviamente, el público en general es gente relajada, y con ganas de cultivar el espíritu mediante largas charlas. Más que comprar tiempo, como podría interpretarse en una primera lectura, la idea es bajar un cambio, apoltronarse, disfrutar del diálogo y la buena compañía, y no mirar la hora.    

jueves, 21 de marzo de 2013

¡No toquen a Chipre!


Debería ilustrar estas líneas con un oligarca ruso apuntándole con un Kalashnikov a los popes de la Unión Europea (UE) que pretendían que Chipre aprobara una ley para cobrarles un impuesto a los titulares de cuentas bancarias (de entre el 6,75 y 9,9 % según los montos de los depósitos), con el fin de evitar la quiebra del sistema financiero chipriota.
Desde hace un par de días me ha sorprendido la difusión que tiene la noticia en Rusia, e incluso es muy probable que los rusos pongan la plata para el rescate.

En Chipre hace varios días que los bancos están cerrados.

Hay un dato que no tengo manera de confirmar, pero ya lo leí en varios artículos: ¡el 40 por ciento de los titulares de cuentas bancarias en Chipre son rusos! Dicen que mientras el parlamento chipriota estaba reunido debatiendo qué hacer, una gran cantidad de magnates rusos esperaban a pocos kilómetros en sus jets privados, listos para retirar los depósitos en caso de que se aprobara lo que hubiera sido una especie de corralito, una medida durísima que nunca se barajó cuando se analizaron distintas opciones para salvar a otros insolventes europeos: Grecia, España, Irlanda y Portugal.




¿Y por qué a Chipre con los tapones de punta? Los rusos dicen que la única razón es que como el 40 por ciento de los afectados serían rusos, se hace más fácil implementar una medida tan dura. Pero además, los rusos están furiosos porque creen que la UE se basa en el lema de “ladrón que roba a otra ladrón, tiene 100 años de perdón”, argumentando que en cuentas chipriotas hay depositadas fortunas mal habidas (sobornos, juego clandestino, tráfico de uranio, etc).
La verdad es que Chipre es una especie de paraíso fiscal, la Suiza rusa, los bancos ofrecen anonimato y grandes facilidades para hacer negocios, y llevar la plata a esa isla es una gran tentación, porque el impuesto a sociedades es de apenas el 10 por ciento, cuando en Rusia es del 60. El Banco Central ruso informó que Chipre es el principal destino de las inversiones rusas en el extranjero.

La maniobra que se hace es de una ingeniería financiera bastante difícil de explicar e incluso de entender para quienes no estamos en ese mundo, pero según me explicaron, las empresas rusas mandan la plata a petroleras de Chipre, y después ese dinero es “repatriado” a través de inversiones en compañías rusas que operan en todo el mundo.

Con 30.000 millones de dólares de empresas y particulares rusos depositados en Chipre (una cifra impresionante, que, por ejemplo, equivale al 75 por ciento de todas las reservas que hoy tiene el Banco Central argentino), es lógico que en estos días, el país más grande del mundo mire a Chipre -una isla cuya superficie es apenas la octava parte de la provincia de Entre Ríos-, como si fuera el ombligo del mundo.  

sábado, 16 de marzo de 2013

Maslenitsa, la semana de los panqueques


En estos días se celebra en Rusia la Maslenitsa, es una fiesta pagana que dura siete días y siempre tiene lugar en la semana que antecede a la Cuaresma en el calendario de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Algunos la llaman el carnaval ruso.
Más allá de la connotación religiosa, la fiesta popular existe desde hace miles de años, cuando el cristianismo aún no había llegado a Rus y los pueblos eslavos eran paganos.
Como no podía ser de otra manera, el origen tiene que ver con una petición a los dioses, especialmente a Yarilo, dios del Sol, para que ahuyentara el cruel invierno y permitiera que llegara con fuerza la primavera. De ahí, según me explicaron algunos rusos, que los famosos blinis (panqueques) cobren especial relevancia, ya que por su forma y color (redondos y dorados), representan al Sol. Pero además, como están prohibidos los productos cárnicos, los blinis, por sus ingredientes, se adaptan perfectamente a la ocasión (la palabra maslenitsa proviene de masla, que en ruso significa manteca y también aceite).
 Panqueques para todos.

Cada día de la celebración tiene un nombre, rituales y diferentes actividades, especialmente para los chicos (día de los dulces, día de los paseos, de los juegos, etc), pero siempre están presentes los panqueques y en grandes cantidades.

Pasaron los siglos y la Maslenitza siempre mantuvo su popularidad. Históricamente, los campesinos celebraban el carnaval ruso con viajes en trineo por rampas de hielo, paseos en caballos engalanados para la ocasión, representaciones teatrales con personajes disfrazados y pantagruélicas comidas. La celebración termina un domingo con “el día del perdón”, día en que los rusos se perdonan todo y queman un muñeco de paja al que le agregan los blinis que sobraron. 




La quemazón puede parecer anacrónica en estos días, ver gente que se alegra por el daño que causa el fuego puede parecer violento, pero la verdad es que congregarse un día de invierno alrededor de una fogata crea un clima fraternal, ameno, una atmósfera ideal para perdonar y ser perdonado por las ofensas y diferencias a lo largo del año. La hago corta, ¡me voy a comer unos blinis!  

domingo, 3 de marzo de 2013

Gorbachov, ¿héroe o traidor?


Ayer 2 de marzo cumplió 82 años Mijail Gorbachov, el último presidente de la Unión Soviética.  El presidente ruso Vladimir Putin le mandó un mensaje y le dedicó unas amables palabras, alabando las tareas sociales y benéficas que desarrolla el ex líder soviético a través de la fundación que lleva su nombre.  La salutación parece calmar las aguas tras el encontronazo que habían protagonizado hace un año y pico, cuando Gorbachov acusó a Putin de fraude en el triunfo electoral, y el presidente ruso le tiró con artillería pesada recordándole el desastroso fin de la URSS: “Había que luchar por la integridad territorial de nuestro Estado de manera más insistente, consecuente y osada, y no esconder la cabeza bajo la arena dejando el culo al aire”, dijo Putin, en alusión a la facilidad con que muchas regiones lograron independizarse de la URSS. En varias de esas nuevas naciones, especialmente en Asia Central, la realidad es que hoy por hoy, la población vive mucho peor que hace 25 años, y cada vez más gente de esos países intenta probar suerte en Rusia, donde ya viven en la ilegalidad millones de uzbekos y tayikos.

Perestroika (reestructuración), la palabra rusa mundialmente conocida para explicar el fin de la URSS.  

Un paralelismo con Maradona



Describir la imagen de Gorbachov en la Rusia moderna es tan difícil como decir qué opinan los argentinos de Maradona. Todo depende de con quién hables.
Pero admito que antes de venir a Rusia, tenía la idea que de alguna manera me había inculcado el mundo occidental sobre Gorbachov, o sea, bastante positiva, pero escuchando a los rusos, esa imagen se transforma radicalmente y diría que la mayoría ve con desprecio e indiferencia la figura del hombre que permitió la desintegración de la URSS. Creo que todo se podría resumir en que Gorbachov se equivocó demasiado, y cuando un político comete demasiados errores, en la memoria colectiva no hay lugar para recordar sus aciertos.


Perestroika, "este es el apoyo del arte vivo de las masas", reza la estampilla de 1988.

Reproches

La mayoría le reprocha no haber medido las consecuencias de la perestroika, en otras palabras, no haberse preguntado qué pasaría con esas millones de personas que vivían dignamente cobijados por el comunismo cuando llegara el capitalismo.  Y están quienes directamente lo tildan de traidor por haber destruido un imperio, argumentando que la llegada de la democracia era posible por un camino menos cruel.  
Una amiga me dijo que “a pesar de todos sus errores, reconozco que al menos  no nos hizo pasar vergüenza en el exterior, como fue el caso de Yeltsin, un político extravagante y protagonista de varios papelones, muchas veces por haber estado borracho, como el día en que se negó a bajar del avión para reunirse con el Primer Ministro de Irlanda, o la vez que hizo música con cucharas golpeándolas reiteradas veces en la cabeza del presidente de Kyrgyzstán, Azkar Akayev.  

Es notable que una de las cosas que más recuerdan los rusos de los tiempos de Gorbachov sea la ley seca que se había aprobado en 1985.

Una ley seca en un país famoso por su cultura alcohólica puede desencadenar hechos inimaginables. La primera ley seca en la historia de Rusia la había decretado el zar Nicolás II, en 1914, con la intención de que toda la producción de alcohol del país se destinara a hospitales de campaña durante la Primera Guerra Mundial. El zar y su familia fueron asesinados por los bolcheviques en 1918, pero la vigencia de la ley se mantuvo hasta 1925.

La decisión de Gorbachov de restablecer la ley seca seis décadas más tarde trajo consecuencias desastrosas no sólo para su popularidad política, sino también para la salud pública del país. Ante la imposibilidad de conseguir alcohol, la gente empezó a tomar cualquier cosa que fuera capaz de embriagarlos. Aunque parezca increíble, durante esos años miles de personas murieron tras beber colonias baratas, anticongelantes para motores e incluso líquidos limpiavidrios. El caos fue tal que las farmacias tuvieron que suspender la venta de alcohol y el vodka se convirtió en el instrumento clandestino de canje más valioso. La llegada de Yeltsin en 1992 dejó sin efecto la ley, pero el daño ya estaba hecho, y además, en el sur de Rusia, se destruyeron grandes plantaciones de vid.


Gorbachov, "Hombre del año" para la revista Time, año 1988, tiempos en que Occidente se relamía cuando se avecinaba el fin de la URSS.


Quizás el paso del tiempo mejore la imagen de Gorbachov en Rusia, especialmente cuando haya desaparecido la generación que sufrió la miseria de la década del 90. Pero deberán pasar unos cuantos años.

sábado, 23 de febrero de 2013

23 de febrero, "Día del hombre" en Rusia


Hoy se celebra en Rusia el “Día del defensor de la patria”,  pero en realidad, la solemnidad del nombre pierde fuerza frente a la realidad, ya que en la práctica, es “El día del hombre”.
En los tiempos de la Unión Soviética, se llamaba “Día del Ejército Rojo”, pero hace casi 20 años lo rebautizaron, una de las tantas adaptaciones que tuvo que hacer este país tras la caída de la URSS.
La celebración está considerada como la versión masculina del 8 de marzo (Día internacional de la mujer).
En un país donde la mujer es halagada constantemente, y donde lo normal es que el hombre se haga cargo de todos los gastos en cada salida, el hecho de que hoy los roles se inviertan, convierte al 23 de febrero en un día bastante curioso.
Los nuevos rusos no son pocos, y para ellos hay algunas ofertas bizarras para celebrar su día, por ejemplo un vuelo de tres horas a la estratósfera en un caza a reacción Mig-29, a velocidad ultrasónica y con acrobacias del piloto incluidas: precio: 20.000 dólares; un paseo de cuatro horas en un tanque de guerra, atravesando bosques y disparando artillería del tanque: 2.500 dólares.  

Un vuelo de tres horas a la estratósfera, a 22 km de altura, en un Mig-29, por 20.000 dólares.




En 1922, se declaró el 23 de febrero "Día del defensor de la patria". 


El rol de la mujer


Rusia es un país donde la mujer sigue ocupando un lugar irrelevante en la escala social. Con el riesgo de cometer la injusticia que implica toda generalización, no es descabellado afirmar que en la vida cotidiana, en Rusia los hombres hablan de negocios mientras las mujeres hablan de amor y sueñan con una boda espectacular.  Una chica de más de 25, soltera, muchas veces es vista como alguien a quien se le pasó el arroz, y la edad se reduce mucho más en ciudades pequeñas y pueblos.
Después de haber visto, por ejemplo, el movimiento emancipador de las mujeres alemanas, tan obstinadas (a veces rozando el ridículo) en la lucha por la igualdad de sexos hasta el extremo de ofenderse por un acto de cortesía como el de abrir una puerta para que la dama pase primero, Rusia es un viaje al pasado en ese aspecto. En este país, la mujer sigue esperando esos gestos de caballerosidad, ya sea que su pareja le abra la puerta del taxi antes de bajar o acuda a la cita con un ramo de  flores (pero cuidado, siempre un número impar, los rusos son muy supersticiosos y los números pares sólo son para funerales).  Los hombres parecen regodearse en ese rol de complacer a su media naranja.






Ser mujer en la Rusia moderna es bastante duro. Por eso se ha formado el “Partido para las mujeres rusas”, que comenzó como un movimiento de lucha para recuperar los beneficios perdidos por las mujeres tras la caída de la URSS. En los años de la Unión Soviética, el 92 por ciento de las mujeres tenía trabajo (la mayoría media jornada), la licencia por maternidad era de casi cuatro meses con el 100 por ciento del sueldo, más un año de licencia sin goce de sueldo.
Hoy en día, esos beneficios se han reducido notablemente, los hombres ganan más, a veces mucho más, entre un 35 y un 40 por ciento, las mujeres suelen ser las primeras despedidas en caso de reducción de personal, sigue habiendo muchos casos de despidos por embarazo  (aunque la ley lo prohíba), y un tercio de las mujeres rusas mayores de 45 años dice que vivirían mucho mejor si hubieran nacido hombre. En la Duma, el parlamento ruso, en la Cámara Baja las mujeres ocupan el 13 por ciento de las bancas (un porcentaje bajo comparado con Argentina (37 %), pero aceptable, por ejemplo, frente a Brasil (8%).
Las buenas migas entre el gobierno de Putin y la Iglesia Ortodoxa tampoco favorecen la posición de la mujer, el clérigo desacredita las ideas de igualdad de género y pugna por un “renacimiento espiritual de Rusia”. O sea, la mujer en casa y criando a los hijos, y el hombre trabajando...Y obviamente, ¡los domingos a misa! Un proyecto más que ambicioso por parte de la Iglesia, considerando que hasta hace algo más de dos décadas, en el colegio se enseñaba una materia llamada "Ateísmo".

viernes, 15 de febrero de 2013

Rusia, tierra de fumadores


Llevo seis meses viviendo en Rusia y la verdad, cada vez me gusta más. Pero hoy voy a escribir sobre uno de los aspectos en los que este país pierde puntos: el cigarrillo.
Rusia sigue siendo uno de los pocos lugares del mundo donde se puede fumar en cualquier lado. Prácticamente no hay ningún tipo de restricciones, se fuma en bares, restaurantes, oficinas públicas, etc. El precio promedio de un atado de 20 es de 1,50 dólar. Si bien existen campañas del tipo “fumar mata” en los paquetes de cigarrillos, son medidas irrisorias mientras no haya una política de Estado que acompañe.
El otro día estaba en The Hat, uno de los bares de San Petersburgo que más me gusta. Todas las noches tocan bandas de jazz, la entrada es gratuita y como suele suceder en estos casos, las bebidas son un poco más caras (una cerveza 5 dólares); me senté en la barra y me di cuenta de que yo era el único no fumador en un grupo de 15. Le pregunté a una amiga si conocía algún bar para no fumadores en esta ciudad de cinco millones de habitantes, y me dijo que el único que conocía se fundió.
Hace 11 años que en Rusia se presentó un proyecto de ley para prohibir fumar en lugares públicos, y una y otra vez ha sido cajoneado. En mayo del año pasado parecía que avanzaba, pero apenas 48 horas después de haber sido presentado por el Ministerio de Salud, que incluso publicó el proyecto de ley en su página de internet, fue retirado para “seguir siendo elaborado”, por recomendaciones de los Ministerios de Comercio y Desarrollo Económico, de Industria y Comercio, y de Agricultura. Obviamente, las razones son claras: una estricta ley antitabaco traería consecuencias desastrosas para el sector.
Mientras hacen lobby, Philip Morris y British American Tobacco dicen que incluso peligrarían un millón de pequeños establecimientos que en gran parte subsisten gracias a la venta de cigarrillos. Después de China, Rusia es el segundo país del mundo en el mercado de las tabacaleras. El 65 por ciento de los hombres y el 25 de las mujeres fuman, y la mayoría empieza entre los 15 y los 18 años.



Quiosco de cigarrillos en San Petersburgo.



Se triplicó el porcentaje de fumadoras en dos décadas


Pero acá viene el dato más interesante: durante los años de la Unión Soviética, solamente fumaba el  siete por ciento de las mujeres (el porcentaje de hombres era similar al de ahora, apenas un cinco por ciento menos), es decir que se ha triplicado el número de mujeres fumadoras. Durante la URSS, no existía publicidad de cigarrillos, pero cuando cayó el comunismo, Philip Morris, American Tobacco y Japan Tobacco International invirtieron 1.700 millones de dólares en promover “el estilo de vida occidental”, espeialmente tratando de conquistar al público femenino. Mientras tanto, se quedaron con el 60 por ciento del mercado tabacalero una vez privatizado. La campaña fue tan agresiva, que en 1992, en Moscú, la mitad de las gigantografías y el 75 por ciento de las bolsas de supermercados contenían publicidad de cigarrillos. E incluso el diseño de algunos paquetes, más que cigarrilos parecen perfumes, a veces con gran predominio del rosa, para atraer a las adolescentes.




La primera, tercera y sexta imágenes son avisos de cigarrillos, las otras de perfumes.


El eslogan dice algo así como "si no se puede, pero tengo muchas ganas, entonces se puede...".


La epidemia del cigarrillo es alarmante. Rusia es un país enorme que apenas tiene 142 millones de habitantes, una tasa de natalidad cada vez más baja y en el que la mitad de las muertes de hombres están relacionadas con el cigarrillo. Si el número de mujeres fumadoras sigue aumentando, las consecuencias demográficas serán desastrosas en una nación que si bien está lejos de los niveles de “envejecimiento poblacional” de los países europeos, necesita gente.
Hace poco, el presidente Putin les dijo a los rusos que “para que nuestro país sea fuerte, cada familia debería tener tres hijos”, tarea nada sencilla en una nación donde no abundan las ayudas del Estado y buena parte de la población no gana más de 800 dólares por mes.
Mientras tanto, mi consejo para no fumadores que estén pensando en venir a Rusia es  memorizar la frase “ia nie kúriu” (yo no fumo), porque no hay día en que algún ruso no te pare por la calle para manguearte fasos.